El Athletic fue el involuntario protagonista de la gran anécdota de la jornada, al quebrar las esperanzas que un aficionado había depositado en su apuesta. El afectado, un mallorquín, participaba con una apuesta combinada de solo 4 euros en 16 partidos, que de resolverse con éxito le habría proporcionado unos beneficios de 29.413,69 euros.
La racha empezó pronto : victorias del Castilla, el Barça, el Recreativo de Huelva… se concatenaban los aciertos en 15 encuentros divididos entre Primera, Segunda y Segunda B. El domingo remataba la ambición del aficionado con las victorias del Tenerife y el Valencia. Sería la jornada del lunes la que inclinaría los favores de la diosa Fortuna del lado del balear. Un partido en teoría previsible, con un Athletic nefasto a domicilio en una de las peores temporadas que se recuerdan.
Poco antes del pitido inicial la casa de apuestas le ofreció plantarse en ese punto a cambio de 20.000 euros, a lo que el mallorquín se negó acariciando esos 10.000 extra con los que rematar una jugada maestra. La estadística jugaba a su favor, pues jamás habían logrado los bilbainos arrancar victoria alguna de tierras castellonesas.
Por una vez el Athletic quiso ir con contra de los peores augurios y hacer gala de su histórico carácter. Una actuación que le sirvió para reconciliarse con su afición, pero también para que un apostador viese esfumarse delante de sus ojos una cuantiosa cantidad de dinero que llegó incluso a tener garantizada.
