A pesar de haber sido uno de los habituales la pasada temporada, la existencia de Etxeita en el Athletic nunca ha sido fácil. Llegado desde el Elche a la vez que Valverde y su segunda etapa, tardó ocho meses en contar con sus primeros minutos y solo gozó de presencia en tres partidos durante esa primera temporada.
A pesar de su buen rendimiento la pasada temporada, este ejercicio no se presentaba halagüeño para su futuro. El míster quería testar la colaboración de Bóveda con Laporte, a lo que se sumó el extraordinario rendimiento de Yeray como compañero del francés en la zaga. La respuesta de Etxeita fue mantener el mismo perfil bajo y trabajador que le ganó un papel destacado el año pasado.
Sin embargo, bastaron dos partidos nefastos para que no pocos le señalen como el chivo expiatorio de Valverde por sendas derrotas. La eliminación europea ante el APOEL le puso en el disparadero, con un Sotiriou que le desbordó en el gol que tuvo lugar nada más reanudarse el partido tras el descanso. Pocos señalaron como culpable al central, pero el hecho es que Saborit le sustituyó ante el Malaga. Decisión que se reveló como equivocada, pues es un jugador orientado al lateral.
Su oportunidad de redimirse llegó con la visita al Sanchez Pizjuan. Sin embargo, un inocente penalti a Vietto le convirtió en un paria y desde entonces no ha vuelto ha ser convocado por Valverde. Ha sido testigo desde la grada de los encuentros ante Málaga, la Real Sociedad y el Real Madrid y carga con la losa de dos partidos que dejaron muy tocados los ánimos en Ibaigane, relegando sus números a cifras que difícilmente van a servirle para consolidarle en el equipo.