Al contrario que otros equipos con problemas más acuciantes, el Athletic no se ha visto especialmente agobiado durante el periodo de mercado invernal. La única excepción es la rocambolesca operación para traer de vuelto a Remiro desde el levante para suplir la larga baja de Kepa. Un acuerdo que goza del favor de todas las partes implicadas a la espera de que el equipo valenciano pueda encontrar un sustituto de garantías para el guardameta.
Más conflictiva que la puerta de entrada se revela la de salida. A la marcha de Unai Simón al filial se le suma el interés mostrado por varios clubes por jugadores de Ibaigane que no desempeñan un rol vital en los planes del staff técnico. El caso más significativo sería el de Eraso. Con contrato en vigor hasta 2018, el Eibar no esconde su interés en él, que ya fue objeto de seguimiento por los armeros cuando militaba en el Leganés. Muy del gusto del entrenador, creen que sus características se adecuarán fácilmente a los principios del equipo.
Su salida dependería únicamente de la aprobación de Valverde, que si bien cuenta con una plantilla extensa y el recurso del filial, no gusta de los huecos que dejan imprevistos como lesiones largas.