Que la marcha de Íñigo Martinez de Anoeta a San Mamés ha dejado una profunda herida en el vestuario de la Real Sociedad es por todos sabido. El jugador era una pilar del equipo y el club reaccionó de forma furibunda a su fichaje. La campaña por la que cualquier aficionado que presentase la camiseta con su dorsal y nombre recibía una nueva elástica a cambio fue caldo de cultivo suficiente para lograr encender aún más los ánimos. El derbi de esta semana en el estadio donostiarra es la oportunidad que llevan tres meses aguardando muchos aficionados txuriurdin para consumar su venganza.
Sus antiguos compañeros, sin embargo no quieren convertir el recibimiento a Íñigo en un infierno y quieren centrarse en el partido. Juanmi incluso pide al público que sea conciliador : “Nosotros le pediríamos a la afición que esté como contra el Atlético. Lo que deben hacer es apoyar el equipo y dejar el resto”, declara el andaluz, que no se verá afectado por la presencia de su ex compañero en el campo: “La motivación es la misma, aunque esté un excompañero. Dentro del campo no hay amigos”.
Mikel Oyarzabal también desea lo mejor para quien durante años fue su referencia : “es una gran persona. Siempre ha estado para ayudarme, darme consejos y meterme esa caña que también hace falta”, ha declarado recientemente en un medio vasco.