
Pocas decisiones más acertada ha habido por parte del cuerpo técnico esta temporada que la cesión de Mikel Vesga al Sporting. Necesitado de minutos, el joven centrocampista ha encontrado en el Molinón su lugar, confirmando los augurios de su calidad que la falta de minutos en San Mamés les privaba exhibir. Su vuelta a la disciplina de Ibaigane es un secreto a voces, pero no suficiente para él. Quiere garantías de que habrá tiempo para él y puede significar sacrificios.
Beñat, San Jose e Iturraspe son insustituibles, por lo que el rol de damnificado puede recaer en Mikel Rico.
Lleva tiempo relegado a un rol secundario, y sabedores de que concluye contrato en 2018, el cuerpo técnico puede optar por venderlo y sacar beneficios a la vez que se reintegra a Vesga en la primera plantilla.