
Crecido al calor de Lezama y con 250 partidos oficiales vistiendo la zamarra rojiblanca debería ser suficiente bagaje para que un jugador goce de cierto respeto por parte de una grada. Sin embargo, las dudas asaltaban a Fernando Amorebieta, que contaba con que una parte de la afición rojiblanca no le recibiría con aplausos en su vuelta vistiendo la elástica del Sporting tras una aventura por las islas británicas (Fulham y Middlesbrough) que no fue todo lo exitosa que hubiera deseado.
Ante la falta de confianza del central, ha tenido que salir a la palestra un buen amigo suyo : Iker Muniain. El navarro no ha dejado de mantener una gran relación con el defensa venezolano, para el que pide «una gran ovación, que es lo que merece por todo lo que ha dado a este club y la forma en que lo ha hecho. Es un jugador que siempre se ha dejado el alma por este equipo. Una de las cosas que le caracteriza es la garra que tiene y que deja todo en el campo. Como amigo suyo que soy, me gustaría que se le recibiera bien».
Tras haber sido ubicado ante el Atlético como mediapunta, puede darse la ironía que de repetir posición se encuentre a Amorebieta frente a frente. Un rol que si bien es el acostumbrado, no rechaza, señalando que » en el centro entras más continuamente e juego que en la banda, donde estás un poco más aislado y cuando tocas dos balones seguidos pasan más minutos. En el centro estás más metido en el juego del equipo. Es el sitio por el que más daño se hace, puedes coger el balón entre líneas, encarar y crear espacios para que entren otros compañeros o para finalizar tú mismo. Puede ser que me encuentre más a gusto, pero cuando tengo que jugar en la banda lo intento hacer de la mejor manera posible»