Con la confirmada marcha, en calidad de cedido, de Odriozola al Bayern de Munich, se pone fin a un sinfín de rumores desde Madrid sin fundamento alguno. En los vaivenes en torno a su futuro, no pocas veces sonó el nombre del Athletic como posible destino del donostiarra.
Era sabido que el club bilbaino está activo en el mercado de fichajes invernal. Solo Cristian Ganea tiene colgado el cartel de transferible y desde el club se recalca que el principal interés es el de las bajas. La necesidad de menguar una plantilla sobredimensionada y reducir el gasto en nóminas es la doctrina imperante.
Fue natural que saltara la sorpresa cuando algunos medios informativos anunciaran el repentino interés rojiblanco por el jugador. Al Sevilla también se le atribuyó ambiciones de ficharlo, algo que no encajaba con los movimientos del club de Heliópolis. Finalmente, se ha desvelado que la intención era especular para jugar con su valor al alza en el mercado.
La trayectoria de Odriazola desde que abandonara la pasada temporada la Real Sociedad ha sido de todo menos brillante. A pesar del dispendio que supuso para el Real Madrid los 30 millones que abonó al club guipuzkoano, nunca ha estado a la altura de las circunstancias. Esta temporada ha sido condenado al más absoluto ostracismo y desde el 19 de octubre no ha vuelto a disputar ni un minuto.
Tampoco es que el Athletic tenga gran necesidad de un nuevo carrilero derecho. Garitano ha otorgado la plaza en propiedad a Ander Capa, contando además con recambios de probada eficacia como Lekue o De Marcos.
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